Las familias con frecuencia se mantienen unidas por los vínculos de necesidades emocionales, pero estas son adversas a la verdadera expresión del espíritu. El reto fundamental para cualquier persona cuya vida este intensamente influenciada por la familia ( es decir, la mayoría de nosotros) es reconciliar las responsabilidades y sensibilidad familiares con el desarrollo del espíritu, que debe elevarse por encima de este nivel de inseguridad emocional para respirar libremente.
¿Pero que significa esto en concreto?
Respirar libremente es desprenderse de la dependencia emocional, que no quiere decir en absoluto desentenderse de las responsabilidades o dejar de interesarse por la familia ni dejar de amarla.
Respetarse a si mismo es esencial en la vida espiritual y solo es posible cuando uno sabe que ha cumplido con sus obligaciones.
Debemos decidir cuanto valoramos apoyar a nuestros familiares…