En el oeste se dice:
“Los Peores enemigos no desean tantos males, como nuestros propios pensamientos”.
Avicena dijo que el médico tiene tres remedios para combatir las enfermedades: la palabra en primer lugar, las plantas en segundo y el bisturí.
En uno de los hospitales de París, un joven psicólogo, sin avisar a sus superiores (jefes) y arriesgando su carrera, obligaba a sus pacientes repetir 10 veces durante tres ocasiones al día una frase: “cada día me siento mejor y mejor…” La condición era no repetirla automáticamente, sino con emoción.
¿Qué pensáis?
Sorprendentemente, los pacientes graves mejoraban durante el mes y en algunos casos no hacía falta intervención quirúrgica.
Paracelso decía que la Fe hace milagros.
Nuestra salud es el resultado directo de nuestro pensamiento. Nadie duda ya, que la salud física depende directamente de la salud psíquica y, que la mejor defensa de toda enfermedad -es la Fe en la propia salud, el optimismo y las emociones positivas.